Por iniciativa del nuevo propietario, se tomó la decisión de eliminar los ornamentos originales característicos de su época, apostando por una imagen más limpia y actual. Esto permitió reconfigurar tanto la fachada como los espacios interiores para mejorar la entrada de luz natural y lograr una composición más clara y serena.

La intervención incluyó el rediseño completo de sus espacios: cuatro habitaciones, dos baños completos, sala, comedor, cocina, patio, roof garden, área de servicio y cochera. La nueva fachada se caracteriza por volúmenes puros, líneas sencillas y una paleta neutra que acentúa la geometría sin recurrir a elementos decorativos superfluos.